- Usa ropa cómoda. Por simple que esto parezca, el uso de pijamas cómodas puede hacer la diferencia a la hora de dormir. Procura sentirte libre y a gusto. El uso de telas como la franela y el algodón son muy recomendables. Y en caso de que te destapes (o te destapen), no sentirás frío que puede ser otro factor que te despierte.
- Apaga los aparatos electrónicos. Algunas veces nos sentimos “arrullados” con el ruido de la televisión o el radio; sin embargo, esto resulta contraproducente al introducirte en un sueño más profundo. Si has intentado de todo y no puedes dormir con la televisión apagada, procura programarla para que se apague unos minutos después de acostarte.
- No pienses en tus pendientes. El estar pensando en algo mantiene la mente alerta y hasta preocupada, por lo tanto, se interpone entre tu sueño y tú. Resuelve todas tus actividades para el siguiente día antes de irte a dormir, así tu mente estará libre de pensamientos y descansarás mejor.
- La almohada correcta. Esto quizá no lo puedas resolver de inmediato, pero es algo que puedes tomar en cuenta la próxima vez que despiertes con un insoportable dolor de cuello. Escoger la altura y la firmeza adecuadas de tu almohada mejorará tu postura, evitarás los molestos ronquidos y por supuesto, dormirás sin preocuparte por los dolores de cuello y hombros.
- Cena ligero. Una medida básica para dormir en paz es cenar ligero. El proceso digestivo durante la noche mantiene a tu cuerpo ocupado y puede ser muy molesto, este proceso natural te puede causar agruras, malestar estomacal y ganas de orinar por la noche. Esto puede interrumpir tu descanso fácilmente, no lo permitas.
Imagen: philcampbell
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