La pregunta que se hacen muchos padres es ¿cómo saber que es el momento adecuado? ¿Cuándo pasar de la cuna a la cama sin que afecte al descanso de nuestro hijo? Estas preguntas obtienen respuesta, en muchas ocasiones cuando nuestro hijo nos pide que ya no quiere dormir en la cuna, pero cuando esto no sucede?
Hoy queremos facilitaros algunas pautas para detectar cuando y como es el momento de hacer ese pequeño – gran cambio en la vida de nuestro hijo.
¿Cuándo?
Cuando el niño se sienta incomodo en la cuna y veamos que desea por todos los medios salir de ella, nuestro hijo nos estará pidiendo que desea cambiar la cuna por la cama. Pero, y si eso no sucede? Debemos ser conscientes de que es un cambio que se debe asumir por lo que lo más importante deberá ser crear un ambiente de sueño agradable y una rutina de sueño saludable.
Esta transición debemos iniciarla poco a poco y crear un entorno seguro, dónde el niño se sienta cómodo y donde pueda conciliar un sueño de calidad.
Es importante colocar la cama contra la pared y proteger el otro lado de la cama con una baranda de seguridad o almohada asegurando que el niño se incline hacia la pared y que sea imposible que este caiga de la cama. Los tejidos que escojamos para proteger el colchón deben ser 100 % naturales, piense en colocar un protector de colchón impermeable transpirable, que proteja a nuestro hijo y al colchón de líquidos, suciedad y otros elementos.
Lo ideal es inducir una nueva rutina de sueño al acostarse: leerle un libro antes de acostarse en la cama, acostando a nuestro hijo durante las siestas en su nueva cama, dormir días alternados en la cama y en la cuna en definitiva, normalizar la situación, pero siempre dentro de la disciplina de una nuevo habito.
Si nuestro hijo se resiste al cambio, deberemos involúcralo en la creación de ese nuevo espacio, que aporte sobre si cree necesaria una almohada, el color de las sábanas… Eso le hará participe y le dará control sobre la situación tolerando el cambio de una manera natural
No debemos olvidar que el suelo de la habitación debe estar libre de objetos que eviten que el niño tropiece con ellos si de levanta durante la noche. Deje alguna luz secundaria encendida y el pasillo libre para evitar que la habitación esté oscura, si cree que su hijo puede tener temor.
No deje de escuchar a su hijo, muchas veces pueden darnos pistas de cómo sobrellevar el cambio, hay que tener en cuenta la personalidad de cada niño ya que cada uno afrontará el cambio de manera distinta.
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